Las nuevas generaciones cada vez valoran más las compensaciones no económicas que les brinda su empresa.
Los tiempos han cambiado. La tecnología avanza y las máquinas ganan terreno. Así pues, cada vez son más las actividades automatizadas que van jugando un gran papel en la vida cotidiana. Sin embargo, la gestión de las emociones es de vital importancia y todavía recae en los seres humanos. Y es que, además de destrezas, conocimientos, experiencia y sentido común, los humanos somos un conjunto de emociones que nos impulsan y que interfieren en las tareas que se realizan. Por ello, saber poner a favor las emociones de la plantilla en el día a día es uno de los principales retos de los departamentos de recursos humanos.
La gran mayoría de las veces cuando nos preguntan por qué trabajábamos, respondemos haciendo alusión al salario. Un salario que relacionamos meramente con el concepto económico. Cuando se habla de salario cabe destacar la importancia que tienen los elementos que suman o restan satisfacción laboral y que influyen diariamente en nuestro trabajo, aquellos que forman parte del “salario emocional”. Así pues, los atributos que componen en salario emocional son cada vez más valorados por las nuevas generaciones. El dinero que percibes cada mes es tu salario económico, pero ¿cuál es tu salario emocional?
El salario emocional es el conjunto de los incentivos no económicos que puede ofrecer una organización con el fin de mejorar la calidad de vida de los empleados y fomentar la conciliación laboral.
El salario emocional es un concepto que cada vez cuenta con más relevancia debido a las necesidades actuales de las empresas para atraer y fidelizar el talento. Pero ¿cómo puede dicho concepto ayudar a las empresas a fidelizar el talento? El salario emocional es una de las herramientas que puede utilizar la empresa para mejorar la motivación, la implicación y el grado de compromiso de sus empleados. Así pues, aquellas organizaciones que han apostado por la inversión en “salario emocional” han comprobado cómo la rotación de personal y el absentismo han disminuido. Asimismo, el salario emocional es un elemento que ayuda a aumentar la competitividad de la organización y a ser considerada como una de las organizaciones más deseadas para trabajar.
¿CÓMO SE REFLEJA EL SALARIO EMOCIONAL DE LOS TRABAJADORES?
Algunos ejemplos de salario emocional son los siguientes:
• El teletrabajo
• La autonomía
• La comunicación
• La flexibilidad horaria
• El reconocimiento personal
• El sentimiento de propósito
• La pertenencia a la empresa
• La conciliación familiar y personal
• El Crecimiento personal y profesional
• Un lugar de trabajo adecuado y agradable
• Actividades y servicios que favorecen la vida sana
Por tanto, un empleado feliz y satisfecho en su empresa, tanto a nivel profesional como personal, no pensará en abandonar la organización por una remuneración mayor. Es más, al sentirse agradecido, compensará a la organización con más esfuerzo y compromiso. Por ello, el salario emocional juega un papel fundamental si queremos mantener nuestra plantilla intacta.
Miriam Sempere Marín
Técnico de marketing y selección en Brandty