La gestión del talento en el futuro será cada vez más tecnológica, para poder ser más humana
La palabra algoritmo ha pasado a formar parte de nuestro vocabulario más cotidiano cuando nos referimos a tecnologías. ¿Qué es realmente un algoritmo?
En la Wikipedia podemos encontrar la siguiente definición “un algoritmo es un conjunto de instrucciones o reglas definidas y no-ambiguas, ordenadas y finitas que permite, típicamente, solucionar un problema, realizar un cómputo, procesar datos y llevar a cabo otras tareas o actividades”
Así pues, los algoritmos nos permiten procesar de forma intencionada grandes cantidades de datos (big data) con objetivos concretos. Los algoritmos, desde el inicio de la computación y a medida que avanza la inteligencia artificial, están detrás de los grandes desafíos humanos y de un sinfín de actividades que realizamos en entornos digitales.
En el ámbito empresarial, concretamente en las gestión del talento, los algoritmos tampoco son una excepción y, las tendencias de futuro, así lo están demostrando. Desde la selección a todas las fases de la experiencia del empleado (employee experience o talent experience) que afectan a su bienestar, compromiso, tiempo de permanencia en la compañía, evolución y desarrollo profesional… estarán programados o dirigidos a través de algoritmos.
Según la última publicación del MIT TECNOLOGY REVIEW en los últimos años ha surgido una nube de soluciones de software. Ahora necesitamos integrar esos servicios y el flujo de datos de los empleados de una manera coherente, y pensar cómo los algoritmos y la IA nos van a ayudar.
En los procesos de selección ya se ha avanzado en el filtrado [de candidatos] con algoritmos.
Antes, disponíamos de people analytics [análisis de datos de personas] y ahora se va a usar el analytics al servicio de las personas. Antes, solo teníamos referencias de fechas de nacimiento, fechas de ingreso en la empresa, dónde vivían, etcétera. Ahora vamos a saber cuál es su situación, cuál es su motivación… Se evoluciona hacia la conexión emocional con las personas.
Será interesante ver cómo la IA permite estrategias de engagement [compromiso] del empleado y cómo se van a crear programas que identifiquen en qué momento está y qué necesita. En el futuro, los recursos humanos van a ser más tecnológicos y más humanos.
Sin duda, a tenor de esta información, parece desprenderse que la tecnología debería potenciar una gestión mucho más humana y personalizada, en la medida en que nos permita conocer en mayor detalla aspectos de las personas en tiempo real, tales como su motivación, su nivel de compromiso, su evolución…, etc.
Creo, firmemente, que la tecnología basada en datos y en algoritmos (no exentos de problemas como los sesgos de género, algo que ya han puesto de manifiesto diversos estudios así como la manipulación intencionada de las personas, como se ha denunciado en campañas electorales) nos ayudará a disponer de más información acerca de nuestros compañeros de equipo. Sin embargo, la gran pregunta que me planteo es: ¿Puede un algoritmo reemplazar a una conversación sincera y honesta? ¿Los datos que podemos obtener a través estas fuentes son fidedignos y reales? Pues, ¿Son las personas sinceras al responder o suministrar información sobre sí mismas?
BIG DATA Y GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS
Creo que aquellos que trabajamos en el área de talento o personas, tenemos el gran reto de apoyarnos en datos y valernos de la tecnología para mejorar la vida de las personas en las organizaciones, así como lograr el máximo potencial de los colaboradores. Ahora bien, nunca podrá sustituir al poder de una relación directa basada en la confianza, donde dos o más personas se sienten libres para expresarse, respetadas en sus opiniones (seguridad psicológica, Simon Sinek) y donde sus necesidades, anhelos y expectativas pueden manifestarse.
Sigo pensando que la conversación es el arma más poderosa para conectar con otro ser humano, y es necesaria desde la selección de un profesional hasta que este sale por última vez, por la puerta de la empresa.
Algoritmos sí, conversar MÁS.
Cristina Mulero
CEO en Brandty