En los últimos años, estamos viendo cada vez más cómo la cultura empresarial se abre a nuevas formas de gestión de las empresas en España. No cabe duda de que uno de los modelos en auge son las start-ups, organizaciones formadas por un número reducido de profesionales que se aventuran a sacar un negocio adelante a partir de una idea, normalmente más novedosa y actual para poder ser competitivos. Su estructura y sus recursos la definen y limitan sus posibilidades en el comienzo de su andadura, pero cada start-up tendrá características propias que requerirán acciones distintas para su buena gestión.
Existen ciertas funciones que, en una pequeña empresa, no requieren a un empleado a jornada completa, por lo que la tendencia habitual en estas ocasiones es realizar un reparto de las tareas entre los miembros que componen la start-up. Pero esto no significa que dichas funciones no sean importantes para la empresa. Aquí es donde los miembros del equipo pueden plantearse la posibilidad de centrarse en las tareas más estratégicas de su empresa y delegar aquellas funciones que sean relevantes, pero para las cuales ellos no tengan formación y experiencia suficiente. Ser capaz de prever qué procesos esenciales podrían suponer una ventaja estratégica en caso de que fueran externalizados y fueran gestionados por consultoras o empresas especializadas, supondrá a medio y largo plazo un gran beneficio y repercutirá positivamente en la competitividad de la start-up. Si bien en un primer momento podemos pensar que llevar a cabo estas acciones perjudicará su situación financiera, lo cierto es que el outsourcing es una herramienta que rentabiliza los recursos invertidos, al llevar a cabo estos procesos de gran importancia para la empresa con una mayor calidad sin tener que invertir en profesionales con experiencia que se unan a la plantilla. Por tanto, invertir en servicios de externalización es cada vez más una opción que debe ponerse sobre la mesa a la hora de aumentar la competitividad de cualquier empresa, e incluso más en el caso de pequeñas empresas como las start-ups, que cuentan con pocos miembros y con recursos escasos que deben ser rentabilizados al máximo.
ROTACIÓN DE PERSONAL: EL RETO DE LAS EMPRESAS
Uno de los principales peligros a los que se enfrentan todas las empresas hoy en día es a la rotación de empleados. Captar talento no lo es todo, también hay que poder “fidelizarlo”. Por ello, aparte de otras acciones como el employer branding, es necesario que la selección de personal se haga de manera profesional y atendiendo a otros factores de los candidatos que normalmente no se tienen en cuenta, como pueden ser sus valores, los cuales permitirán que las incorporaciones sean satisfactorias en el medio y largo plazo. En este sentido, encontrar empleados que se identifiquen con los valores de la start-up será un buen indicador de que su compromiso con el proyecto irá más allá de las condiciones laborales y que no cambiará de empleo en unos meses o en el primer año, como suele ser habitual, con la correspondiente pérdida de competitividad para la empresa, que deberá comenzar de nuevo con la incorporación y formación del siguiente empleado.
Decidir de manera estratégica qué recursos financieros se van a invertir en cada acción empresarial es de vital importancia. La selección de talento es una de las fases clave para asegurar una alta competitividad en la empresa, por lo que contar con ayuda de una empresa especializada puede suponer la diferencia entre la continuidad y éxito de tu start-up o el estancamiento y la pérdida de competitividad.
Silvia Hortal
Técnico de Selección de Personal en Brandty