¿Has pensado por un momento cómo te comportas en una entrevista?
¿Cómo podías influir con los gestos? ¿Expresar todo tu potencial y que los demás lo vean?
Grandes oradores, políticos, etc… tienen un gabinete de asesoramiento para que sus presentaciones en público, sean lo más efectivas e influyentes con sus gestos, además de que las palabras se vean acompañadas con las expresiones corporales que transmitan un mensaje al que lo recibe.
Pensar en mejorar el modo en el que los demás te perciben y despertar el deseo en ellos, el deseo de identificarse contigo, a la vez que transmites seguridad y confianza, se traduce en la verdadera capacidad de que los demás te vean.
En el mundo de los negocios, si la confianza, la empatía y saber lo que los demás están pensando son un binomio inseparable, es cuando uno mismo siente que está al borde del abismo.
Por lo que todos, de manera innata, tenemos la capacidad de discernir e influir, aunque esta rara vez lo pongamos en práctica, existe la “silenciosa” herramienta al alcance de la mano: LA INTELIGENCIA NO VERBAL.
La naturaleza del cerebro está en constante alerta, gestionando respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales (contento y descontento), la parte que se encarga de estas respuestas es el sistema límbico.
El contento propicia un liderazgo eficaz, nutre la cartera de clientes, incrementa ventas y favorece la gestión de los recursos humanos.
Nuestro sistema límbico, nos da tres respuestas neurológicas (no verbales) que hacen que hagamos movimientos involuntarios: bloquearse, huir o luchar.
El bloqueo, hace que guardemos energía y a esperar si nuestro entorno nos ofrece otra alternativa. Siendo la primera línea defensiva en la comunicación no verbal con manos sobre el regazo, con los dedos enlazados y las piernas entrelazadas.
La huida, es el segundo signo que expresa nuestro cuerpo, echamos las piernas hacia atrás si estamos sentados, nos recostamos o ladeamos si estamos en desacuerdo con alguien, o no nos situamos de frente o si la situación se pone fea damos la espalda.
La lucha, la utilizamos cuando ya no podemos hacer las dos anteriores, gastando energía y midiendo nuestras fuerzas con el oponente. Estas se pueden ver cuando nos mordemos el labio, apretamos los dientes, cerramos la mano fuertemente o se ensanchan las aletas de la nariz.
En la inteligencia no verbal, intervienen elementos tales como la voz, el contexto, el énfasis, gestos ascendentes, indicios de intención, proxemia, sincronía y un sinfín de micro gestos que captamos de manera involuntaria.
Desde que nos encontramos con el entrevistador, estamos realizando gestos involuntarios y voluntarios, que están transmitiendo un mensaje.
Comenzamos por un saludo, acompañado de una mirada a los ojos de nuestro interlocutor, luego estrechamos la mano. Las manos son un factor clave y primitivo de supervivencia y seguridad, la primera impresión que nos den las manos de una persona, influirá en la opinión sobre nosotros.
Po eso es mejor llevar las manos limpias, cuidadas e intentar controlar el sudor.
En la entrevista, hay que mantener las manos a la vista, ya que el sistema límbico valora las intenciones de estos miembros, trata de mantenerlas encima de la mesa.
Al hacer una exposición de tu candidatura, juntar las manos tocándose la yemas de los dedos, transmitirás seguridad y concentración, haciendo que tus palabras tomen más fuerza sean creíbles. Este gesto lo vemos en políticos cuando quieren dar fuerza y credibilidad a su mensaje.
Por otra parte, las manos entrelazadas con los pulgares hacia arriba, también transmiten seguridad, no es recomendable esconder los pulgares en la entrevista, esto minará tu credibilidad.
Si durante la entrevista entrecruzamos las manos y escondemos los pulgares, orientados hacia abajo, indicarán al entrevistador que hay una falta de seguridad o énfasis.
De manera inconsciente, en muchas ocasiones entrelazamos los dedos, señal universal de preocupación, culpa o estrés, no dejes que se vea.
Otra parte importante es la cabeza y el cuello, donde hay gestos como ladear el cuello, mientras estamos en la entrevista, que influirá en el entrevistador, emitiendo el mensaje de “estoy escuchando” o “estoy a gusto”. Mientras que si nos tocamos el cuello, estamos expresando descontento, emocional, duda o inseguridad.
Y como no, la principal fuente información sobre el mundo que nos rodea, y hasta cierto punto del mundo interior, son los ojos, se dice que “los ojos son el espejo del alma”.
Gestos como tocarse los parpados durante la entrevista, puede indicar la necesidad de calmar sentimientos negativos.
Otros movimientos, como el arqueo de las cejas enviamos el mensaje de que tenemos una emoción positiva y el entrevistador así lo recibirá, si lo acompañamos de un tono de voz ascendente y suave, reforzaremos e influiremos con nuestro mensaje, utilizando los dos elementos. Inclinamos el cuerpo hacia adelante cuando nos sentamos, haciendo que influyamos en el entrevistador, ya que demuestra interés en su conversación y evita la rigidez de la musculatura de cuello y hombros, que generalmente
Todo esto sin darnos cuenta, lo realizamos inconscientemente, pero…
¿Estás entrenando tu inteligencia no verbal?
Y ¿Qué opinas del lenguaje no verbal?
¡¡¡Ponlo en práctica y obtén resultados!!!
Miguel Ángel Loaisa
Técnico de Selección en Brandty