“ El 75% de los CEOs asegura que la atracción y fidelización del talento es la cuestión que más les preocupa para los próximos meses y sólo 3 de cada 10 afirman que su empresa está preparada para afrontar este reto”
Estos son apenas dos de las conclusiones que se desprenden del último Forecast Corporate Affairs 2024 ‘Activismo Corporativo para un año retador’, elaborado por LLYC, a partir de una extensa encuesta a directivos españoles y de empresas latinoamericanas.
Sin duda, asistimos a la mayor situación de “escasez de talento” de la historia, precisamente en la 4ª Revolución Industrial dónde la demanda de perfiles cualificados en más alta que nunca. Esta era que el experto en management, Juan Carlos Cubeiro , denomina “Talentismo”, es decir, una época donde el talento es más importante (y la vez, más escaso) que el capital. Así pues, sin Talento la competitividad de cualquier compañía, del sector que sea, se verá considerablemente mermada. De ahí, que sea la máxima preocupación de los CEO y, por tanto, deba asumir un rol mucho más activo en el proceso de atracción.
Pero, ¿qué rol debe jugar la máxima dirección en esta crucial función? Vamos a destacar, al menos, tres de ellas:
- El CEO cómo impulsor de una cultura “people centric”. Sin ninguna duda, es responsabilidad del máximo directivo/a generar una cultura orientada a las personas, contribuyendo a que la empresa sea un “buen lugar para trabajar”. Sabemos que actualmente aquellas empresas que cuentan con condiciones de flexibilidad, teletrabajo, conciliación con la vida personal y otros beneficios resultan mucho más atractivas para los candidatos y para los empleados actuales.
- El CEO como ejemplo de liderazgo ético y responsable. Otro dato muy interesante afirma que el 70% del atractivo de una compañía como lugar para trabajar reside en su calidad directiva. Esto implica que la dirección debe ser ejemplo de un auténtico liderazgo que inspire a las personas y les permita desarrollar su máximo potencial. El/la CEO, además, debe garantizar que ese estilo de liderazgo y los valores corporativos sean expresados por toda la cadena de mando de la empresa (especialmente en los mandos intermedios) fomentando la formación y el entrenamiento (coaching) de todos a aquellos que tendrán responsabilidad sobre equipos.
- La marca personal del directivo/a. En un reciente evento organizado por nuestra consultora, la directora general de la tecnológica ONE MILLION BOTS, Celia Sánchez, afirmaba que cada vez más “el mejor talento se va a una empresa siguiendo a su líder”. Tal es el poder de “atracción” de un/a directivo/a a la hora de atraer a los mejores profesionales. Si, además, ese directivo goza de una buena marca personal y reputación más allá de la propia empresa, su capacidad para movilizar talento se puede multiplicar de forma exponencial.
Finalmente, en nuestra experiencia como headhunters y expertos en selección de personas, observamos que cuando un CEO se implica de forma activa, incluso realizando de forma personal las entrevistas con candidatos, la imagen de la empresa frente a este se refuerza, pues los aspirantes perciben la importancia concedida por la empresa a un proceso tan crucial como la selección.
Cristina Mulero
CEO de Brandty