De todos ya es sabido que hace justo un año nadie hubiera presagiado el año 2.020 que nos esperaba. Este año que llega ya a su ocaso, y que todos brindaremos para que desaparezca de nuestras vidas. Un año entre mascarillas, PCRs, antígenos y pruebas serológicas, que cambió nuestras vidas y también nuestras empresas. Hagamos una recopilación de las situaciones y entornos que se han adaptado y que seguirán presentes en numerosos casos.
Comenzamos a aplicar el teletrabajo casi por imperativo legal en la mayoría de los sectores de actividad. Y las conclusiones a nivel de productividad son muy positivas y satisfactorias. Esta es una de las herramientas que ha venido para quedarse.
Comprobamos cómo podemos realizar procesos de selección 100% en remoto, y que es posible captar talento a pesar de no estar cerca de los candidatos.
Los procesos de acogida u onboarding comenzaron a realizarse en la distancia, con experiencias en la utilización de medios telemáticos.
Las reuniones cambiaron de un entorno personal a uno digital, conociendo para ellos todo tipo de plataformas.
En general, podemos indicar que hasta las compañías menos proclives a su digitalización han evolucionado de un modo más que aceptable a estos entornos, que ya son una realidad entre nosotros. La digitalización también es un hecho a día de hoy.
Tras la desigual experiencia vivida en la gestión de los diferentes expedientes de regulación temporal de empleo, los llamados “ERTEs”, donde en algunos casos se ha fortalecido la reputación y la marca corporativa, y en otro por desgracia se ha aumentado la brecha emocional y la desafección entre los empleados y la organización, llega otro momento importante como es la Navidad.
Esta Navidad no será como las anteriores. Nuestro lenguaje cotidiano se llena de palabras como restricciones, cierres perimetrales, toques de queda y cupos para reunirnos. Vivimos con extrañeza unas fiestas tan tradicionales, donde los abrazos siempre han sido nuestra mejor carta de presentación. Todo ello, con la finalidad de protegernos y proteger a nuestros seres más queridos.
Estos días he tenido la oportunidad de poder experimentar en primera persona cómo diferentes empresas gestionan sus mensajes y eventos de Navidad. He podido disfrutar de un par de fiestas navideñas en remoto, con catering delivery incluido. Aunque los que somos muy emocionales como yo, siempre elegiremos un momento personal presencial, puedo decir que en ambos casos las expectativas han estado a la altura de los acontecimientos. He podido disfrutar también de gymkanas en directo con performance de los diferentes equipos, y de un modo u otro ha sido una oportunidad de poder estrechar lazos y mantener la cohesión de los equipos, y el sentimiento de orgullo y pertenencia. En estos días, también he observado como muchas organizaciones han donado el importe de sus cenas o comidas navideñas a un banco de alimentos, una fundación o una ONG. Todas ellas han sido acciones de RSE que seguro que tienen un retorno a efectos de branding para sus compañías. Esto decían algunos de los claims: esta Navidad #Hayquevivirla, #estanavidadquenofalteunplatoenlamesa, #quédatenecasa, etc. Esta Navidad diferente también requiere de acciones diferentes para fidelizar a nuestro talento.
Es un gran momento de la verdad para incrementar la energía, el compromiso y la ilusión de nuestros equipos, contribuyendo a generar entre todos empresas con alma.
Y tú, empresario o colaborador, ¿cómo estás viviendo esta Navidad?
Desde Brandty os deseamos a todos una Feliz Navidad llena de sueños, deseos y esperanza de un futuro mejor, que podamos disfrutar junto a nuestras familias.
Guzmán Martínez
Director General en Brandty