Antes de adentrarnos en el desarrollo de la Igualdad en el ámbito de la empresa y su significado, debemos pararnos en el concepto de Igualdad, su naturaleza y posicionamiento en la sociedad actual.
En un primer vistazo, encontramos la “Igualdad formal” recogida en nuestra Constitución, que, aunque necesaria para garantizar un estatus jurídico igualitario entre mujeres y hombres, ha resultado insuficiente para promover el progreso efectivo de la mujer en la sociedad y alcanzar una “Igualdad real”. No podemos resignarnos con la garantía formal de asegurar la igualdad de las personas en el plano normativo, ya que la defensa de la igualdad se mueve eminentemente en el plano material o real de las relaciones sociales.
Partiendo de este escenario, cualquier planteamiento destinado a impulsar la igualdad en el ámbito empresarial obliga a poner el foco en la conquista de una igualdad real, enfoque que marcará la pauta a la hora de desarrollar nuestra estrategia en igualdad.
Poner el acento sobre la discriminación indirecta sería otro de los aspectos a tener en cuenta antes de desarrollar nuestra estrategia de igualdad en la empresa. Vivimos en el tiempo de la discriminación indirecta, las actuaciones discriminatorias son más camaleónicas y pasan más desapercibidas, por ello es más difícil su abordaje y eliminación.
Centrándonos ya en la promoción de la igualdad en la empresa, encontramos cada vez más estudios que muestran los efectos positivos de la Igualdad en el ámbito empresarial. En este sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico informa que las empresas con mayor diversidad de género actuaron un 53% mejor que las de menor diversidad.
A tenor de estos estudios podemos deducir, sin miedo a equivocarnos, que la incorporación de la Igualdad en la empresa no es algo puntual, es el futuro, algo que ha venido para quedarse. Difícilmente una empresa podrá subsistir en la actualidad si no incorpora la perspectiva de género en su estrategia empresarial como un principio inspirador de su política Corporativa y de Recursos Humanos.
Además, y dentro de un contexto más amplio de sostenibilidad, las políticas de Igualdad en la empresa, fundamentalmente a través del Plan de Igualdad, son una herramienta idónea para alcanzar los ODS, concretamente el objetivo 5-Igualdad de género, contribuyendo al cumplimiento de la Agenda 2030 y posicionando a la empresa como un importante agente social de cambio.
UN PLAN DE IGUALDAD EN LA EMPRESA
Más allá de estas ventajas competitivas y reputacionales, la incorporación de la Igualdad de género en la empresa presenta una naturaleza obligatoria a la que las empresas deberán responder, fundamentalmente a través de la figura del Plan de Igualdad. Las últimas exigencias legales, además de exigir un Plan de Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres a las empresas de más de 50 personas trabajadoras, obliga a las empresas a negociar sus políticas de Igualdad con la representación de la plantilla o los sindicatos, según los casos; disponer de registros salariales, incluso de auditorías salariales en determinados supuestos, protocolos de actuación y prevención contra el acoso sexual y el acoso por razón de sexo… un sinfín de obligaciones nuevas que requieren de una formación especializada para poder responder con éxito a estos nuevos retos.
Por último, debemos ser conscientes de que difícilmente podremos desarrollar una estrategia exitosa en materia de igualdad en nuestra empresa si antes no conocemos, como punto de partida, los términos clave que nos permitan identificar los componentes de la construcción social de género y así reconocer las formas en que los sistemas sociales han perpetuado las desigualdades entre mujeres y hombres.
Conocer estos conceptos nos permitirá identificar la imagen estereotipada que proyectan mujeres y hombres en la sociedad, y así minimizar su reflejo en la empresa a través de actuaciones destinadas a superar esta posición diferenciada entre mujeres y hombres.
Ana Jiménez-Alfaro
Responsable del área de RSC e Igualdad en Bnfix
